
València Capital Mundial del Diseño 2022, en colaboración con el centro de innovación Las Naves del Ayuntamiento de Valencia y dirigido por la organización Non Architecturey, presentaron el pasado mes de febrero un debate sobre el futuro de València de la mano de 5 estudios de jóvenes diseñadores y arquitectos procedentes de diferentes partes del mundo, entre los que estaban algunos formados en su propia Universidad. El equipo que presentó la visión de la Plaza de la Virgen temía que la ciudad, desde una perspectiva distópica, se convirtiera en un espectáculo perdiendo no sólo calidad de vida, también identidad cultural: Perspectiva 2030 imaginando la Valencia del futuro.
Este fin de semana la ciudad de Teruel organizó el Congreso del Toro ensogado. La asistencia desde diversos puntos del país inundó las calles de aficionados. Fue un anticipo de la fiesta de La Vaquilla, con la recuperación del toro en la calle y la celebración de verbena popular. Tras dos años en que la pandemia del COVID 19 ha impedido la celebración de la fiesta, algunos pensábamos que habría una reflexión no sólo de las administraciones, también de la sociedad en general, que madurara el compromiso de cuidar la ciudad. El estado de basura que queda en las calles tras la fiesta es lamentable, a pesar del esfuerzo público, económico y humano, destinado a su limpieza en las primeras horas del nuevo día. El sonido excesivo de la música dificulta el descanso de los vecinos hasta altas horas de la madrugada. El bullicio de la masificación impide el disfrute de las calles y plazas, ya difícil con un urbanismo que no las ha dotado de sombras y espacios de convivencia.

En torno a la columna del Torico, símbolo de la ciudad, se anudaron las diferentes cuerdas de los distintos pueblos de España representados en el Congreso. Al desmontar ese escenario tras finalizar los actos, la columna cayó y con ella El Torico, que se ha roto. Imaginamos que se superó su capacidad de resistencia. ¿Un aviso de que apostar por un modelo de ciudad espectáculo puede acabar con la vida de esta ciudad y con su propia identidad?.
Es necesario poner límites al crecimiento como garantía de sostenibilidad para las generaciones futuras. Quizás, en vez de aceptar el voluntarismo fácil de aquellos que entran en política, deberíamos insistir en que aceptaran el compromiso quienes por su capacidad profesional y humana pueden mostrarnos un mejor camino a seguir, un nuevo modelo que apueste por mejorar el presente y garantizar el futuro. Aunque es un acto de heroísmo dar el paso para trabajar en la caja de grillos en que se ha convertido la política del país. Personalmente me inclino hacia la necesidad de frenar la tensión de empuje de las derechas, que no van a apostar por lo público y el interés general. Es obligado un esfuerzo de unidad en la sociedad progresista orientada hacia las izquierdas para no reblar en seguir el rumbo hacía la equidad y la igualdad, en la mirada puesta en la utopía por un mundo mejor.
Desde luego se hace difícil confiar en un Ayuntamiento, que no ha sido capaz de salvaguardar el símbolo de la ciudad, para dejar en sus manos la conservación del patrimonio que todavía nos queda, a través de una gestión que favorezca la calidad de vida de sus ciudadanos y enriquezca el valor cultural de Teruel.
¿Deberíamos aprovechar para levantar una nueva columna que sostenga un enorme toro grandilocuente?…. mejor recuperar la humilde columna y el pequeño toro en los que nos identificamos. Asumir la necesidad y la responsabilidad que tenemos para cuidar y proteger nuestra ciudad.
El respeto al patrimonio desde los cuidados para evitar vender los símbolos de la ciudad al espectáculo.
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