
Esta especie de gran mariposas es una de las cuatro de la familia de las Papilioninae, que podemos observar en este territorio al Sur del Sistema Ibérico.
Como nos indican Montagud & García Alamá (Mariposas diurnas de la Comunitat Valenciana (Papilionoidea & Hesperioidea). Colección Biodiversidad, 17. Conselleria de Medi Ambient, Aigua, Urbanisme i Habitatge, Generalitat Valenciana. Valencia. 472 páginas) sólo puede confundirse y en el caso de ejemplares muy desgastados, con Papilio machaon. Siguiendo a estos autores indican que: «se separa fácilmente de esta especie por su color blanquecino, la forma, número y disposición de las bandas oscuras del anverso alar, el color y la longitud del apéndice caudal de las alas posteriores y el diseño del ocelo próximo al ángulo anal. Las hembras son más grandes que los machos y con el margen de las alas anteriores menos cóncavo. Existen diferencias estacionales entre los ejemplares de primavera (primera generación) con un fondo alar de tonalidad más amarillenta que las generaciones de verano».
Tiene una amplia distribución desde el Norte de África, península ibérica, Sur y Centro de Europa hasta Oriente Medio, Asia templada y China. Una subespecie Iphiclides podalirios vuela exclusivamente en los Pirineos, en en entorno del Principado de Andorra y Valle de Aran.
Su hábitat es muy variado. Precisa que albergue la especie nutricia de la familia Rosáceas, y especialmente de genero Prunus (ciruelo, albaricoque, almendro, melocotonero, ) también endrinos (Prunus spinosa), majuelos (Crataegus monogyna) y el cerezo de santa lucia (Prunus mahaleb), estas ultimas especies silvestre muy presentes en nuestra montaña.
Su presencia con al menos dos generaciones se produce desde la primavera hasta el otoño. Una vez realizada la puesta de huevos en la planta nutricia las orugas nace a los 15 días y en mes y medio se cierra el ciclo para dar lugar al imago que observamos en vuelo, Las últimas generaciones hibernan en estado de pupa.
No se contemplan grandes amenazas que hagan peligrar su futuro. Pero el incremento del uso de productos fitosanitarios en cultivos de frutales afecta negativamente a sus poblaciones y desgraciadamente se expande cada vez más una agricultura intensiva que utiliza grandes cantidades de insecticidas y herbicidas, que ocupa el territorio sin dejar apenas espacio para la vida silvestre.
Muestra un comportamiento denominado «hilltopping» en el que accede a los puntos más altos de las montañas donde se concentran y enfrentan por su territorialidad. Llama la atención por ser lugares alejados de su hábitat natural y lejos de las plantas nutrias. Sobre todo durante los meses de verano. En estos campos de combate todos son adversarios y el choque de alas entre individuos no diferencia entre especies.
En nuestros transectos es frecuente cruzarse con ella. Generalmente individuos solitarios. Raramente hemos encontrado concentraciones de varios individuos, salvo en las altas colinas donde se producen las luchas por cortejar a las hembras.
