CIRCULAR PORTICHUELO-HOYALTAS/SENDERISMO

Track en WIKILOK

Una nueva ruta de senderismo. Una ruta difícil, con gran desnivel y trayectos campo a través por laderas empinadas con suelo pedregoso y suelto. Debe hacerse despacio asegurando cada paso y observando con detenimiento el entorno. Hay que sentir este territorio duro y a la vez frágil.

Tan frágil que esta amenazado por la instalación de grandes redes eléctricas que dirigirán la energía en direccion a Teruel para alimentar la linea de ferrocarril que con destino a Zaragoza se pretende electrificar. Ya puede observarse las cicatrices abiertas por la apertura de varios caminos que conducen hasta el lugar donde se elevaran las torres, en donde ya se han instalado los pilones de los cimientos.

Otra amenaza es un proyecto de aerogeneradores en la cresta de esta Sierra, desde Cabigordo hasta la Sierra Costera. Pendiente de la Resolución de Impacto Ambiental, que nos tememos concluirá, como en otros proyectos, de forma favorable. La enorme cantidad de datos técnicos que se presentan a información pública, que por si mismos desaconsejan sacrificar estos lugares con estas instalaciones que afectan negativamente al paisaje y la biodiversidad, sin embargo son amasados con el objetivo de concluir con el deseo del promotor.

Los promotores al final son grandes Fondos de Inversión. Productos financieros que nacen con ventajosas propuestas de rentabilidad que atraen al dinero. En su mayoría del gran capital pero también de pequeños ahorradores que ven las posibilidad de obtener un beneficio. Muchos de estos pequeños inversores estarían dispuestos a pagar el importe de la cantidad obtenida con el objetivo de destinarla a conservar los paisaje y la vida silvestre que se van a alterar, sin embargo no son conscientes de lo que se hace con su dinero.

Hoy no vuelco fotografías. Invito al esfuerzo de patear sus lomas, laderas y crestones para descubrir por si mismo lo que significa en nuestro interior la existencia de estos lugares asilvestrados. Escuchar al silencio y encontrar las sensaciones que nos transmite este territorio. Poner en valor la necesidad de disponer de estos espacios por lo que son y por lo que significan para nosotros encontrar en ellos una espiritualidad que nos ayuda a vivir y a encontrar nuestra identidad.

Meditar sobre si es preciso sacrificarlo en pro de un modelo de desarrollo, presentado como transición ecológica en una nueva etapa de descarbonización. Sin embargo este modelo no esta generando un ahorro energético, muy al contrario cubre el incremento que demandan las nuevas tecnologías de la información para las herramientas de comunicación incorporadas como necesidad a nuestra vida. No esta siendo una alternativa para ajustar la economía a unos recursos limitados, que son los que tenemos en el Planeta. No avanzamos hacía el ahorro y la eficiencia con la la incorporación de nuevos hábitos tanto a nivel individual como colectivo. Muy al contrario favorece el crecimiento de núcleos urbanos e industriales que predan las raíces de nuestra vida.

Abandonamos a los paisajes rurales. Lugares que a lo largo de los años han sufrido una gran presión de las poblaciones que los explotaron hasta el límite para obtener las necesidades básicas para sobrevivir. Fueron deforestados, cultivados y pastados. Esta extensas parameras han comenzado a rebrotar al abandonarse los usos tradicionales. Un proceso de regeneración, que será largo, iniciado por la pionera aliaga y continuado por enebros, guillomos, espinos, encinas y quejigos, en su mayoría diseminados por el monte, allí donde ha llegado la semilla transportada en el tubo digestivo del zorzal o del zorro. Donde se conservaron pequeños bosques con destino a leñas para el fuego de la estufa, al prescindir esta necesidad por la llegada a los hogares de la bombona de butano dejaron de cortarse para leña, hoy rebrotan densos carrascales por lo que, incluso, resulta difícil desplazarse.

Paisajes baratos económicamente que dan rentabilidad a la instalación de polígonos energéticos que suministran energía a las macrociudades y las grandes industrias. Aprovechan la desesperación de los habitantes rurales para comprar, y estos venden infravalorando el valor real del territorio. Un precio que debiera incorporar el coste las externalidades del impacto de estas instalaciones, muy especialmente la pérdida del paisaje y de la biodiversidad.

Paisaje y biodiversidad que os invitamos a descubrir al realizar esta ruta. Estos días de invierno, aún sin nieve, el hielo ha endurecido la tierra tras varios días con temperaturas nocturnas de 10 grados bajo cerro. Aún cuando durante las horas centrales del día se llega a alcanzar los 10 grados positivos, una temperatura agradable en las solanas, no lograr templar las gélidas umbrías. Difícil hibernar aquí, pero encontraremos algún pequeño rebaño de cabras monteses, con la presencia del algún macho que finalizando el periodo de celo espera todavía una oportunidad. También permanece el Monticola solitario, abandonado por el Monticola saxatiles que partió en otoño hacía Africa, o el Turdus torquatus llegado del norte de Europa junto a otros zorzales, más abundantes, que se alimenta de los gálbulos de los enebros y las sabinas favoreciendo al excretar las semillas su diseminación y germinación.

De nada nos sirve declarar Espacios Protegidos si estos son islas aisladas. Estas Reservas de Biodiversidad es necesario que estén interconectadas entre ellas. Sólo es posible con un desarrollo socio económico capaz de alcanzar el equilibrio justo entre las demandas de la sociedad y la conservación de la naturaleza, como demandan diferentes programas aprobados por las Naciones Unidas a lo largo de los últimos años.

El Informe «Nuestro futuro Común» más conocido como Informe Brundtland definió el término de desarrollo sostenible como: Un proceso solidario, que permita alcanzar niveles mínimos de desarrollo a quienes viven por debajo de las necesidades humanas y que exijan una contención del crecimiento a quienes viven por encima de los medios ecológicamente aceptables. Un proceso ilustrado, que sea sacar el mejor partido ambiental de la evolución tecnológica y que tenga en cuenta que la evolución demográfica debe estar en armonía con el cambiante potencial productivo del ecosistema. Un proceso equitativo, que garantice a todos la capacidad de acceso a los recursos naturales restringidos y que asegure a las generaciones futuras la disponibilidad de los recursos no renovables (o sus alternativas) y la pervivencia de las especies vegetales y animales.

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