
Decenas de orugas negras con dos franjas anaranjadas en sus costados
andaban por entre las piedras, comiendo hojas de sedum.

Miraban el reflejo de su rostro en las gotitas de agua que el rocío de la mañana dejaba en la tierra,
y sólo veían su rostro negro
surcado de dos franjas de puntos anaranjados repletos de pelos.
Cuando llegó el mes de Junio
el verano se acercaba,
su cuerpo se fue encerrando entre hilos de seda.
Una crisálida se ancló junto a una rama.
Dentro de esa marmita
su cuerpo se fue transformando.
Un día se abrió el capullo.
Comenzaron a extenderse sus alas.
Al terminar era una mariposa
de poderosas alas con ocelos rojos
con las que surcaban el cielo
y se enfrentaban al viento,
que con fuerza soplaba en la cima.
Reinas de la montaña es la Parnassius apollo.
