
El cuento ser perdió en el bosque
y sus palabras quedaban en blanco.
Pero su primera página
guardaba la brújula.
Comenzó a andar siguiendo su Norte
y las palabras comenzaban a surgir.
Al describir el cielo el nombre de las estrellas
lo eran de allí,
la Estrella Polar lo guiaba.
Pensó cambiar la dirección
y se dirigió al Sur.
Las palabras cambiaron
y al describir el cielo las estrellas
lo eran de acá.
No era una estrella la que le guiaba
era una constelación: La Cruz del Sur.
Allá y acá,
unos y otros
sentían las palabras
a las que el cuento da vida.
