
Se rompió el botijo
y el agua se derramó
glu-glu-glu-glu
El niño corrió al huerto
recogió una calabaza seca
y con paciencia ahueco su interior.
Con un trozo de madera
que había caído del peral
hizo un tapón.
Y con la calabaza llena de agua
emprendió un largo viaje
siguiendo a las golondrinas
que al llegar el otoño marchaban hacía el sur.
