
Anoche después de la cena Davit nos explico las características de la ruta de hoy.
Hemos desayunado a las ocho y nos hemos puesto en marcha con dirección hacía Hastvali cable Car, donde se accede a la estación de esquí. Primero hemos tomado el telesilla y después un telecabina para ascender hasta 2.458 m. A partir de este punto continuamos andando siguiendo las crestas, entre praderas y bosques, para tras un fuerte descenso llegar hasta el Lago Ugviri (1952 m), desde donde en vehículo nos hemos desplazado hasta la guest house de Zhabeshi donde nos alojamos.

Hoy comienza realmente nuestro trekking de 6 días por las colosales montañas y los profundos pueblos del interior de los valles de Svaneti. Desde el alto la panorámica es la de una cordillera de grandes elevaciones en torno a 5000 m. Desde los picos afilados de las montañas van abriéndose camino los barrancos en busca del rio Inguri, que labra el valle principal. Un paisaje modelado por los glaciares, todavía activos, se nos muestran grandiosos con el circo en las laderas altas de la montaña, desde donde se extiende la lengua que avanza erosionando y profundizando la montaña.

Estamos en el alto de las montañas situadas al sur de Mestia. Desde aquí tenemos unas vistas impresionantes del Monte Ushba y toda la Cordillera del Cáucaso por donde nos desplazaremos estos días.
Al inicio del recorrido hemos atravesado un pequeño bosque de abedules. Son rebrotes de cepa, desconocemos si han sido talados o el peso de la nieve durante el invierno los aplasta. En las laderas son los aludes los que arrasan la vegetación. Su gran capacidad de adaptación, su resilienza, comienza a regenerar de nuevo la estructura del bosque con la aptitud pionera de esta especie, el abedul.

De nuevo nuestro compañero de viaje Jesus Sierra nos proporciona a través de wikilok el track y las características de la ruta realizada.
Distancia total: 7,97 km Tiempo total: 3,24h Tiempo en movimiento: 1,52 h
Altura Inicio: 2462 m Altura Final: 1952 m
Altura Mínima: 1952m Altura Máxima: 2469 m
Desnivel de subida acumulado: 153 m Desnivel de bajada acumulado: 668 m
Puede accederse a la información de la ruta de Jesus Sierra, pulsando este enlace de Wililok.


Las áreas de bosque conviven con enormes praderas verdes y floridas donde deambulan y vuelan varias especies de mariposas. Las Erebias de montaña vuelan entre las gramíneas con un comportamiento que creemos es el de hembras poniendo huevos. En un alto donde se ubican varias antenas de telecomunicaciones, compiten varios machos de Papilio machaon en ese peculiar comportamiento, Hill topping. Casi todos los individuos que observamos en la zona son machos, sus combates territoriales tienen el objetivo del emparejamiento. Gracias al hill topping, que es en realidad una manera de facilitar el encuentro entre ambos sexos, los machos de mariposas de una zona se concentran en puntos muy concretos, que destacan sobre el entorno (normalmente una montaña, pero puede bastar un gran árbol o un arroyo), allí esperarán a que las hembras recién emergidas se acerquen a esas zonas (parece que tras unos vuelos exploratorios todas se dirigen invariablemente hacia la mayor elevación del entorno). Las hembras sólo permanecen en estos puntos el tiempo justo para escoger un macho y emparejarse, dejando la zona inmediatamente después en busca de zonas adecuadas para la puesta. Los machos se quedarán allí en busca de su oportunidad, ya que ni siquiera en estos lugares tienen garantizado el emparejamiento, por lo que los encuentros agresivos entre ellos son muy frecuentes. Esto supone un gran desgaste ya que normalmente en estos puntos no tienen alimento a su disposición. En ocasiones los combates no son sólo entre ejemplares de la misma especie, también a cualquier mariposas como las del genero Melitaea, que también hemos visto volar. En las praderas el vuelo de pequeñas mariposas azules del genero Lycaenidae, contrasta con el verde intenso del pasto.


A lo largo de la ruta, tenemos unas vistas espectaculares de la bicéfala cumbre del Monte Ushba(4.710m ), y hacia noreste del majestuoso y geométrico Monte Tetnuldi(4.858m), paisaje que nos acompañara todos estos días. Nos hemos parado a observarlos desde un gran acantilado sobre el pueblo de Leli, antes de llegar a Tsvirmi, pueblo que dejamos a un lado para seguir hasta el lago Ugviri, donde nos refrescamos en sus aguas cristalinas una vez apartamos las algas que las cubren.

La ruta atraviesa grandes praderas salpicadas con bosques de pinos silvestres, abedules, arces, rododendro. También flores, en ocasiones maravillosas como los Llilium, Campanulas, Betonicas y otras muchas de la familia de las labiadas o las compuestas.
Antes de llegar a Tsvirmi, Davit nos ofrece un descanso para contarnos una preciosa leyenda que nos hará ver estos montes con otra mirada:
[En estos pueblos se cuenta, que hace muchos años dos jóvenes de aldeas distintas se amaban profundamente. Él,de familia pobre, se llamaba Usbash, y ella, de familia rica, Tetnuldi. El padre de ella no permitía este amor, por ello los jóvenes pidieron a los dioses que los trasformaran en unas montañas que fueran las más altas del entorno para permanecer eternamente mirándose a los ojos. Echo que así ocurrió. Son las montañas Tetnuldi y Usbash, las que tenemos enfrente. Y dicen las gentes de estos lugares, que los días nublados en que las nubes cubren sus cimas con un intenso velo que les impide verse, las montañas están triste y presagian alguna desgracia].

El alojamiento en Zhabeshi. Es una casa en la que todavía no han concluido las reformas. Probablemente somos los primeros turistas que se alojan en la planta donde se ubican las habitaciones, ya terminadas, muy confortables y con baño. En la planta baja todavía no ha terminado la reforma de lo que será un gran salón, decoradas sus paredes con paños de madera tallada que imitan la decoración que vimos en Mestia en la casa popular, bajo la Torre Svan, que visitamos. La madera esta tallada con rupias a mano, no sé si por algún miembro de la familia o algún carpintero de la zona, pero el trabajo es excelente. Entre los sacos de cemento, maderas…. se almacenan botes de conserva de albaricoques y una piel vieja de oso colgada en un rincón. Cenamos en una amplia cocina, con un encanto especial, el que ofrece esta familia. La simpatía de la joven encargada de la elaboración de una variada comida de la que el olor de las especias inunda todo el espacio, transmite alegría y entusiasmo por sacar este proyecto de futuro adelante.
Nuestro compañero cantabro, Domingo, no duda en echar una mano al abuelo de la casa, que anda en el prado dando vuelta a la hierba después de haberla cortado con la dalla durante la tarde, antes de amontonarla para guardarla en los graneros como reserva de alimento para las vacas en invierno. El paisano le agradece el gesto, también el regalo de un pañuelo de San Fermín, que Domingo ha dado a la niña, y le ofrece una jarra de Cha Cha, un fuerte orujo elaborado artesanalmente. Es curioso como el idioma no es obstáculo para entenderse entre las buenas gentes que se encuentran y que comparten la satisfacción del trabajo del campo.

Este encuentro nos da la oportunidad de hablar con la ayuda de su hijo que traduce el georgiano al ingles y nuestros compañeros que nos lo traducen al castellano.
Así conocemos que fue guia/entrenador durante la época soviética de los alpinistas más destacados de la U.R.S.S. que llegaban al Cáucaso como preparación de grandes retos. Sus tres hijos continuan con el trabajo de guías de montaña de las compañías que desde todo el mundo traen turistas para realizar este trekking, que nosotros estamos realizando. Ademas han iniciado proyectos, como el de la casa donde los alojamos, para complementar y dotar de servicios de alojamiento a la creciente demanda que se esta produciendo en el valle. También nos hace referencia a un desgraciado accidente mientras escalaba en las montañas de su hogar, en el Cáucaso, que hace unos meses acabó con la vida del gran alpinista georgiano Archil Badriashvili. Amante del estilo alpino, por una de sus excelentes actividades, 1ª escalada a la cima NO del Saraghar, montaña del Hindu Kush de 7.303m, consiguió, junto a Baqar Gelashvili y Giorgi Tepnadze, un Piolet d’Or en 2022, fue alcanzado por un rayo mientras intentaba la cima del Shkhelda en compañía de unos compañeros, haciéndole caer al vacio.

Paseo por el pueblo y el río. Grandes concentraciones de Aporia crataegi liban en el barro junto a los caminos y es tal la cantidad que se amontonan las alas de aquellas atropelladas por los coches que transitan en dirección a sus casas.

En los huertos, varios Alcaudones dorsirojos campean entre los setos que separan cada finca, donde pastan vacas y caballos. Junto al río, el sonido de la fuerzas de las aguas que bajan desde el deshielo de la morrena del glaciar, con su color lechoso y arrastrando grandes piedras, es atronador. Pero entre los arbustos del majuelos y sauces escuchamos la dulzura del canto de mosquiteros, pinzones y ruiseñores.


Cuando regreso en la casa están preparando fuego con leña de haya en una barbacoa. Esta noche tendremos carne asada, junto a esa variedad de suculentos platos con queso, pan, trigo sarraceno, berenjenas, guiso de pollo…. también sopa de verduras con el intenso sabor que le aporta el cilantro. No faltará tomate y pepino que aderezamos con la salsa de yogur. Pero sobre todo agradecemos el amor con que nos atalanta esta familia.
