
En vísperas de la manifestación en Jaca el 25 de octubre por una montaña digna, hemos regresado este otoño a los Pirineos.

El movimiento por la dignidad de la montaña, ha convocado la manifestación. Jóvenes que recogen el testigo de generaciones anteriores para reivindicar el derecho a vivir en el lugar del mundo que ha decidido sea el suyo. Buscando formulas respetuosas y sostenibles, frente a quienes desde hace años sólo pretender explotar los recursos del territorio en un modelo de colonización.
La Guia del naturalista de los Pirineos de César Pedrocchi y colaboradores, editada por Planeta en 1997, es nuestra referencia para conocer y comprender esta cordillera. Los autores la introducen con el siguiente texto:
A los hombres y mujeres que secularmente han poblado las montañas.
No cabe duda de que la irrupción del hombre en cualquier lugar virgen resulta siempre traumática. Sin embargo, la experiencia y la prudencia, así como una paciencia milenaria, han hecho que los ecosistemas pirenaicos se adecuaran al manejo del hombre, al tiempo que éste se adaptaba a la presión del medio sobre él.
Así se formó una sociedad y, en consecuencia, una cultura que define a cada uno de los pueblos que ocupan la cordillera. Todo lo que actualmente podemos observar en el terreno de la flora, la fauna y el paisaje pirenaico se lo debemos al esfuerzo de los montañeses y a una cultura que permitió su desarrollo a la vez que conservaba el entorno.
Pero ante el empuje de otros sistemas de explotación, la cultura montañesa agoniza sin ser sustituida por otra. Paradójicamente es ahora cuando más se habla de desarrollo conservativo.
Abrigamos la confianza de que esta obra pueda constituir una pequeña aportación al conocimiento de los Pirineos y que por lo tanto contribuya a su conservación, sin que nunca llegue a convertirse en un tratado de historia.
Décadas defendiendo su dignidad, hoy las nuevas generaciones continuan reivindicando estos paisajes y la cultura que los ha modelado, amenazados ambos por aquellos que pretenden obtener beneficios de sus recursos sin contar con sus pobladores.

La historia geologica de esta Cordillera se remonta a las Orogenias Herciniana y Alpina.
Las Orogenias son acontecimientos generalizado de formación de montañas, que puede separarse por periodos de erosión y de sedimentación marina, enmarcados dentro de la dinámica de placas. La placa Ibérica se mueve al margen de la placa europea y al colisionar forman montañas, al separarse la situación hace revestir a condiciones marinas. Los terremotos son indicadores de la actividad.
En la Orogenia Herciniana los continentes se agruparon en la Pangea para volver a separarse lentamente durante el mesozoico. Al agruparse se levantó una primera cadena pirenaica, siendo acompañada por vulcanismo. Tras ella y hasta el cretácico se desarrolló una fase de distensión.
Durante el trías interior se acumularon productos de erosión del Pirineo herciniano. En el trías medio los sedimentos ya eran marinos y durante el trías superior fueron lagunares depositando yesos y sales al evaporarse el agua.
A partir del Jurásico la distensión produce un ambiente marino en que se produce una sedimentación influenciada por la profundidad marina y aporte de zonas continentales.
Al iniciarse la Orogenia Alpina la placa Ibérica se introduce y todavía continúa haciéndolo, bajo la placa Europea. Un fenómeno denominado Subducción.
Entre el cretácico superior y el oligoceno se produjo un levantamiento generalizado de la cordillera en una compresión que acortó hasta 80 km las distancia previas, lo que generó elevación montañas, formación de gigantescos pliegues que se deslizaron a ambos lados de la cordillera.
La altitud y orientacion ofrecen los factores que determinan la variedad de climas de estas montañas. Además el relieve incide en la climatología local, como lo hace el efecto Föhn o la inversión térmica.

Clima y orografía son responsables de la distribución de la amplia diversidad de la vegetación observada a lo largo de este territorio.
Las actividades humanas han modelado los paisajes que hoy presenciamos, en ocasiones aportando armonía y en otras desentonando. Desentonan las placas fotovoltaicas y parques eólicos que se pretenden instalar en lugares como La Fueva en el Sobrarbe o en las cumbres del sur del vecino Sistema Ibérico en el Maestrazgo turolense, también los remontes para unir estaciones de esquí, que por si mismas ya suponen la destrucción de áreas de prados alpinos, tenemos recientemente la desaparición de valiosos enclaves como fue Espenluciecha con la ampliación de la estación de Formigal, actualmente todavía hay quienes piden el sacrificio que supondría la unión de la estación de esquí de Astun y la de Formigal atravesando la cumbres de la Canal Roya y Anayet.

En esta ocasión visitamos el Pirineo Central: los vales de Anso, Aragón y Tena. Aquí los Prineos llegan a alcanzar cimas cercanas a los 3000 metros, que frenan los vientos húmedos del cercano mar Cantábrico. Las amplias extensiones de enclaves húmedos con vegetación planifolia va siendo sustituida por masas de robles marcescentes de hoja pequeñas y pinares. La altura de la montaña permite el desarrollo de los pisos alpino y subalpino. La fauna y la flora ofrecen gran diversidad ante la influencia eurosiberiana, alpina y boreoalpina, en las que comienza a incorporarse el elemento oromediterráneo.
El flysch, materiales depositados en diferentes secuencias, que llegaron a rellenar hasta 7 km. de espesor, domina el borde sur, desde escamas calizas, de varias decenas de metros de espesor y kilómetros de extension lateral, a los materiales más blandos de margas depositados en el límite entre el Pirineo y la cuenca de Jaca. En algunas zonas se depositaron conglomérados, generados por la tremenda erosión desatada con la elevación del Pirineo Alpino. La erosión fluvial durante el terciario y glaciar durante el cuaternario han dejado los valles con la típica forma en V o en U, en uno u otro caso, que observamos en los valles de la cuenca de los ríos Aragón y Gallego. La acción glaciar también es responsable de la forma piramidal de las cumbres en el entorno de Panticosa. La presencia de masas calizas ha favorecido el desarrollo de kars.
Es otoño y buscamos pasear por bosques de hayas. Recorremos el bosque de Gamueta, cercano al refugio de Linza, y en la vertiente francesa atravesando el puerto de Sompor el bosque de Sansanet, en la cabecera del Valle de Aspe donde encontramos una litología de areniscas del periodo Buntsandstein depositadas en el inicio del tríasico. En ambos casos el bosque ha adquirido su coloración ocre otoñal, unas laderas de color tostado salpicadas con puntos verdes que aportan la presencia de abetos, algunos de considerable dimensión, y del pino silvestre.
Cercanos al refugio de Linza un rebaño de casi 5000 ovejas pasta en las laderas. El ganado prevé cambio de estación e inicia su descenso a la invernada en la Cinco Villas, según nos cuenta el pastor, que junto a su perro, apoyo imprescindible para manejar ese gran número de cabezas, ha acudido al comprobar la información que ha recibido desde el GPS, que ll portan algunas ovejas, de que se aproximaban a las rutas que desciende hacia el pueblo. Es demasiado pronto, todavía esperará unos días para iniciar el viaje y vuelve a mover las ovejas hacía los altos.
Iniciada la conversación nos comenta que días atrás en esta misma zona, en la ladera por la que se asciende a la cima de la Tabla de los Tres Reyes, el oso mató varias ovejas. Por la zona merodea una hembra liberada en la parte francesa con su osezno, y un macho que acude ante su presencia. Por la forma que maneja el ganado se ve que es un buen profesional, no muy preocupado por la presencia del oso. Nos dice que el ganado actual es más dócil y no produce espantadas, por lo que los ataques generan pequeñas bajas que son indemnizadas por las políticas ambientales, tras comprobar su autenticidad.


El valle de Aspé nos recibe con un color espectacular y la serenidad que encontramos al pasear por el bosque de Sansanet.
Un poco más abajo del aparcamiento desde donde hemos iniciado la ruta, localizamos la estación del tren de Les forges de Abel. Las ruinas del edificio y el oxido de los railes son el resultado del cierre de la línea que unía la Estación Internacional de Canfranc con Francia tras el último hundimiento del túnel que atravesaba la montaña. Esta última ha sido remodelada convirtiéndola en un hotel de cinco estrellas, la otra languidece en el olvido, su deterioro la acabara convirtiendo en un cumulo de piedras que sepultaran con ella las vías del tren hoy todavía visibles. Los pueblos franceses del Valle de Aspe sobreviven con sus ganados de ovejas tensinas de las que obtienen le leche para elaborar sus peculiares variedades de queso. En la vertiente española son muchos los que apuestan por el turismo en torno al esquí invernal, pero sin los campesinos ¿quienes seguirán cuidando estos paisajes?


En la cabecera del Valle de Tena, ya en Francia donde se inicia el valle de D’Ossau, una vez cruzado el Puerto de Pórtalet, recorremos un área de prados en el inicio de la ruta que rodea el pico Midi d’ossau, alcanzando el collado de Pombie. Este pico en un lacolito, estructura de origen volcánico posterior a la orogénesis herciniana.
Hace varios años que no visitábamos estas zonas. Sobre todo nos ha impactado la transformación del Valle de Tena. Convertido en un satélite de los barrios urbanos de las ciudades, de donde proceden los ciudadanos que acuden a las segundas residencias de su propiedad o a los establecimientos hoteleros para disfrutar en la montaña del ocio de su tiempo libre, principalmente en torno al turismo de nieve que ofrece las pistas de esquí de Formigal, ¡que no paran de crecer en extension! Contrasta esta apuesta por la nieve con el decrecimiento de los glaciares, casi desaparecidos en Monte Perdido y La Maladeta, que auguran un descenso de las precipitaciones y del frio a consecuencia del cambio climático que se observa en el Planeta.

El nuevo urbanismo ha transformado el Balneario de Panticosa con las nuevas instalaciones que rompen con el estilo de aquellas que se levantaron antaño, en torno a ofrecer alojamiento a quienes llegaban para disfrutar de sus aguas o iniciar las ascensiones en las rutas a la montaña. Nuevo urbanismo que también esta remodelando los pueblos. Casas que carecen de la esencia de la cultura de estas comarcas, salvo los pequeños utensilios recuperados que a modo de museo adornan en muchos casos sus paredes, porque una amplia mayoría de estos nuevos habitantes no han llegado para trabajar la tierra.

El nuevo modelo socioeconómico ha llegado para quedarse y si bien, ciertamente ha frenado la despoblación de valles como este, donde los grandes embalses inundaron sus tierras más fértiles y provocaron el éxodo rural, viene acompañado de otros problemas. Apenas existen casas para alquilar, destinadas casi en su totalidad a segunda residencia o alojamiento turístico, y las que quedan alcanzan un precio inaccesible para los asalariados . Por otra parte el sector primario va perdiendo protagonismo, lo que se ve reflejado en el avance del bosque y el retroceso de los prados, que detectamos al contemplar el paisaje.
