VIAJANDO POR LOS PARQUES NATURALES ANDALUCES EN OTOÑO

Para naturalistas de mi generación el Parque Nacional de Doñana es un mito en la conservación de la naturaleza, como lo son todos los que han contribuido a salvarlos y protegerlo de la especulación. Por ello resuenan en nuestros oídos las palabras de Felix Rodriguez de la Fuente y retenemos los relatos de la bibliografía de Toño Valverde, publicada por Benigno Varillas, fundador de la revista de naturaleza Quercus, cuando describe su recorridos por la marisma para anillar aves, el paisaje de las pajareras sobre los viejos alcornoques, o el sonido de los gansos en las dunas cuando acuden para comer piedras que les ayude a digerir la cabezuela que han ingerido.

Este año me animó Demetrio Vidal a emprender un viaje a Doñana donde estábamos convocados los coordinadores de BMS España. En cierta manera me sentía infiltrado entre biólogos expertos conocedores del mundo de los insectos y en especial de los Lepidópteros, pero contento de compartir esta experiencia con gente con la que desde hace diez años trabajamos en conteos de mariposas y que hace apenas dos años constituyeron la asociacionismo para la defensa y conservación de las mariposas (SOCEME). Algunos de los técnicos de la Estación Biológica de Doñana nos acompañaron en una visita en la que sentimos la biodiversidad de este espacio natural, de la que hemos ido leyendo artículos a lo largo de nuestra vida. Como colofón tuvimos la satisfacción de recibir el saludo del Director del centro de investigación y de Miguel Delibes, un biólogo comprometido con la conservación de este espacio y con especies tan significativas como el lince ibérico.

Terminado el fin de semana nos despedimos de nuestros amigos de SOCEME y emprendemos nuestra particular ruta por los espacios naturales de Andalucía. Desde Matalascañas recorremos la carretera hasta Huelva y llegar hasta las marismas de Ódiel. Entramos por la vertiente oriental donde se ubica un complejo industrial de refinerías altamente contaminantes que supusieron, suponen, una grave amenaza para las marismas, ya de por sí muy cargadas de sedimentos arrastrados por los ríos de Río Tinto y Ódiel por la explotación minera en sus cabeceras. La vertiente occidental es una extensa red de playas, colindantes con dunas estabilizadas con unas masas de pinar piñonero, parte de ellas incorporadas al Paraje Natural de los Enebrales, y una extensa red de apartamentos turísticos. Siguiendo la ruta de las marismas paramos en diversos observatorios para observar multitud de aves, sobre todo limícolas que aprovechan la baja mar para alimentarse. Dormimos en Punta Umbría, lugar donde terminada la temporada turística es desproporciónala la actividad humana en relación al volumen de edificios.

En la mañana siguiente regresamos de nuevo a Matalascañas parando por lugares donde a través de pasarelas de madera cruzando las dunas fosilizadas llegamos a los acantilados que caen hacía playas libres de urbanizaciónes. Hace unos años se localizaron unas huellas de neandertales fosilizadas en la arena, en una zona que actualmente suele permanecer inundada, los ciclos oscilantes del nivel del mar han sido constantes a lo largo de la historia del Planeta.

La extracción de agua para cultivos ha desecado el acuífero de Doñana. Lo observamos cuando visitamos del centro de interpretación del Acebuche. El arroyo de la Rocina deja una extenso bosque de ribera con viejos ejemplares de alconorque en los Centros de visitantes de la Rocina y del Palacio del Acebrón. Desde el poblado del Rocio observamos una imagen idílica de las marismas que es engañosa, en cuanto una represa retiene el agua en la bañera que se observa desde el poblado alimentada por arroyo de la Rozina. Desde la Estación Biológica de Doñana se ha monitorizádo cámaras para observar en directo la evolución de lagunas como la de Santa Olaria, y aún cuando la visitamos esta con agua y abundan patos cuchara, cercetas, zampullines, flamencos….. el sustrato arenoso no tardará en filtrar hasta el nivel freático actual y mientras este no se recupere las marismas no terminaran de inundarse, con el consiguiente deterioro ambiental del espacio natural.

Salimos ya de noche para hacer viaje atravesando Sevilla y durmiendo en Lebrija. Madrugamos para desde allí llegar al Parque Natural de los Alcornocales donde nos dirigimos al área de la Sauceda, enclave afamado origen del bandolerismo andaluz, donde Demetrio ha reservado para poder visitar el entorno. Recorrido intenso entre viejos alcornoques y robles andaluces en un entorno donde un pequeño poblado disperso en casas de piedra seca, hoy sin techo, albergó a gente que vivía de los pequeños rebaños de cabras y la extracción del corcho. Abandonado la vegetación explosiona entre viejos árboles. Entre ellos vamos ascendiendo hasta alcanzar el pico del Aljibe. En la cumbre, donde el pastoralismo también ha desaparecido, rebrotan el Quercus pyrenaica entre los brezos formando una amplia extension de matorral casi impenetrable. La vista del horizonte es extensa y llegamos a divisar el Peñón de Gibraltar. El poblado fue bombardeado en la guerra civil española, no encontramos más explicación que hacer daño a unas gentes que ya de por si vivían al límite, de esa acción ha quedado la Iglesia destrozada.

De nuevo la noche nos lleva a parar en Ubrique, desde donde a la mañana siguiente iniciamos el recorrido por la senda de los Pinsapares de Grazalema hasta llegar a El Bosque tras atravesar en su tramo final un bosque de ribera excepcional, que parte desde Benamohama. La ruta de la senda por el pinsapar también requiere autorización previa de la administración ambiental andaluza para realizarla. La intensa lluvia que esta dejando inundaciones en la ciudad de Malaga y otros pueblos nos acompaña durante el recorrido inicial, por lo que dada la intensidad con la que cae apenas podemos divisar los árboles, pero que por otra parte esa bruma le dota de una carisma especial. Al llegar al molino de Benamahoma cesa, visitamos el molino que a su vez es un entro de interpretación y recuperamos un poco de calor en el cuerpo. Estamos en lugar con más alta pluviosidad de la Península Ibérica con precipitaciones anuales que llegan a los 2000 mm.

Dormimos en Setenil de las Bodegas. El arroyo que atraviesa el medio del pueblo forma una gran hoz, bordeado de casas ubicadas al abrigo de rocas que las envuelven. Percibimos que días pasados creció con arrastres que aún quedan en su cauce. Hoy baja con poca agua, aunque cuando despertamos por la mañana, tras una noche con lluvias, ha crecido, pero sin riesgo de rebosar por las orillas. Desde aquí tras visitar Ronda llegamos a Cordoba donde paseamos por su barrio de la Judería y entramos en la Mezquita antes de emprender viaje para dormir en Valdepeñas.

Es el último día y antes de regresar a Teruel, accedemos al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Alimentado por el acuífero 24 del Campo de Montiel, que dará origen al rio Guadiana, un río que aparece y desaparecen en su parte alta conforme queda descubierto o cubierto el nivel freático. Las Lagunas de Ruidera son una serie de lagunas escalonadas, unas mayores y otras más pequeñas, separadas por tobas calcáreas por donde se comunican en periodos abundantes de agua, lo que determina su evolución, tanto de destrucción por la fuerza de la riada, como de su construcción al depositarse el carbonato cálcico cuando se suaviza el flujo del agua. Lo recorremos por la carretera que discurre por la orilla derecha, muy urbanizada. En el Centro de Interpretación nos reciben con gran cortesía y nos informan detenidamente de las características del espacio natural, recomendándonos visitarlo en los senderos de la orilla izquierda, donde el paisaje no esta antropizado, visita que dejamos para otra ocasión.

Ha sido un lujo recorrer estos paisaje con un biólogo. Demetrio es un buen naturalista que escudriña todos los rincones, encuentra vida en cualquier rincón y es capaz de identificarla y contarte su historia. Un buen guía que ha preparado concienzudamente el viaje, en el que ademas ha conducido durante todo el trayecto. Un buen comienzo de mi nueva etapa como jubilado.

Deja un comentario