
Acabamos de terminar un febrero extraño. Temperaturas veraniegas nos hacen olvidar el invierno. Sólo los almendros han florecido y sin embargo estos días varias especies de mariposas se han aventurado a abandonar las grietas donde hibernaban (Nymphalis polychloros, Issoria lathonia), o han adelantado su eclosión de la crisálida (Colias croceus, Pontia daplidice, Euchloe crameri, e incluso alguna Lycaenidae –la familia de las pequeñas azules, que habitualmente vemos agrupadas en el barro en busca de minerales-). La paramera todavía gris, su letargo todavía latente ante las noches gélidas bajo cero, se ve salpicada de motas de color revoloteando cerca del suelo.
Vicente Aupí Royo, periodista especializado en meteorología, en un artículo publicado el pasado día 27 de febrero en el diario El País, nos advierte: Febrero, es un mes loco.
En febrero busca la sombra el perro 🙂
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