
Tengo la suerte de cruzarme en los caminos con personas encomiables. Concentradas en el camino interior de su vida coherente y sensata, volcadas a su profesión y comprometidas con la sociedad. Ejemplos que te inspiran para transitar con la esperanza en un futuro. Junto a otros amigos hemos paseado por el Sendero Forestal de Cedrillas, guiados por Pablo Corellano, Agente de Protección de la Naturaleza responsable de esos montes e impulsor de este sendero, que desde la transparencia dirigida a la sociedad del trabajo público, tiene el objetivo didáctico de enseñar los trabajos forestales que se realizan con una perspectiva de sostenibilidad del bosque.
Hace unos meses publiqué la entrada: «Ruta de los cinco altos, entre pinares». Mostraba en ella mi opinión sobre la gestión del monte público 77 «La Salobreja» de Monteagudo del Castillo tras la últimas cortas de madera realizadas dentro de la planificación de su Plan de Ordenación Forestal.

Cuando hace casi diez años Pablo Corellano asumió la responsabilidad de vigilar y gestionar estos montes, se planteó en primer lugar conocerlos. Un análisis le mostró las grandes transformaciones que han sufrido a lo largo del tiempo con un gran protagonismo en ello de la actividades tradicionales del hombre: los trabajos vinculados al mundo rural.
Precisamente el éxodo rural iniciado a mediados del siglo XX es responsable del gran cambio que estos pinares han sufrido en el siglo XXI. La regeneración del pinar ha sido exponencial ocupando antiguas bancales de cultivo y zonas de pastizales. La densidad alcanzada no sólo ralentizaba el crecimiento de lo árboles con la pérdida de madera de calidad. El imparable proceso de cambio climático derivado en gran parte por la emisión a la atmosfera de CO2 debido a la quema de combustibles fósiles, ha elevado significativamente la temperatura ambiental y los cambios con respecto a las precipitaciones, por lluvia o nieve, han supuesto una menor cantidad de agua, agravada por la recurrencia de grandes periodos de tiempo con estrés hídrico. Ello, arropado por la bomba de combustibles en que se han transformado los bosques -muchos de ellos son llamados «butaneros» en cuanto que la llegada de la bombona de gas cambio el fuego de leña y con ello se redujo el consumo de esta como matriz energética de hogares y hornos-, los convierte en un serio riesgo de generación de incendios forestales de sexta generación con difícil control en un territorio sin gestión.

Pablo se documentó. Visitó los montes de Valsain, zonas de referencia de pinares silvestre de alto valor ecológico y gestión forestal con aprovechamiento de madera de gran calidad. Muy similares a los pinares de Monteagudo y Cedrillas. Contacto con Ingenieros Forestales como Miguel Cabrera, que ha ordenado aquellos montes y otros desde hace varias décadas, ajustando a ello el modelado del estado en que están evolucionando actualmente. Con esas referencias emprendió las propuestas para la ordenación de la gestión forestal de los montes que en su calidad de funcionario público le habían asignado cuidar.
A lo largo de estos 8 años conoce su campo de actuación. No ha olvidado la importancia de este recurso natural en la economía de los pueblos propietarios. Tampoco la responsabilidad en conservar la biodiversidad que albergan. Ni los diversos servicios ecosistémicos que los bosques proporcionan a la comunidad: agua, oxígeno, captación de CO2, espacios asilvestrados donde encontrar la identidad pérdida, en los que desarrollar actividades deportivas o simplemente disfrutar en ellos como el día en el que hemos descubierto este paseo.

En ocasiones idealizamos la idea de bosques primigenios . El impacto generado por el primate «Homo sapiens» ha transformado el entorno donde vive en la necesidad de cubrir sus necesidades y en los últimos tiempos, incoherentemente, por un modelo de consumo impulsado por el mercado capitalista. La sobreexplotación se inicio a finales del Pleistoceno. Yacimientos paleontólogicos y arqueológios cercanos atestiguan de la presencia del «Homo neardental« en estos lugares. La impronta de su presencia alcanza a todos los rincones del Planeta. Alex Richter-Boix en su ensayo «El primate que cambió el mundo dice»: cada vez hay más evidencias de que desde el fin de la última glaciación los bosques europeos no han sido nunca paisajes vírgenes ni lugares salvajes, en el sentido de libres de la intervención humana.
Los humanos hemos modelado el paisaje y su entorno y muchas veces nos hemos equivocado generando la pérdida de resiliencia del espacio y con ello la capacidad regenerativa para seguir conservando los recursos. Ahí están: las extensas parameras desarboladas en las que ya no hay pérdida de suelo porque ya no existe, sólo ha quedado la roca desnuda; los paisaje lunares que quedan tras agresivas explotaciones mineras o las ciudades deshumanizadas por la especulación.
Encontramos la presencia de elementos escultóricos del artista local Gene Martín. Dos miradores cuentan con sus obras. Supone un reconocimiento al proyecto por parte de los habitantes locales, representados por él a través de su arte. El pueblo de Cedrillas asume esta zona del nacimiento del río Mijares como un espacio propio que quieren conservar sin renunciar al potencial económico que aporta al pueblo, con la responsabilidad en respetar y enriquecer la vida silvestre que alberga. Y en la cumbre más alta del sendero, allí donde las mariposas se concentran en combates rituales, un mensaje modelado con hierro nos invita a reflexionar en mitad del recorrido sobre donde estamos y donde queremos ir. Una invitación a vivir.

El sendero espera también a las nuevas generaciones, a través de la visita de colegios y universidades, para incentivarlos en esa búsqueda de integración con el entorno natural. Aquí van a encontrar un ejemplo de compromiso con el territorio y la vocación por el trabajo público dirigido hacía la comunidad.
Pablo Corellano no ha estado sólo. Este trabajo de construcción del sendero para mostrar los objetivos de gestión forestal del pinar en la cabecera del río Mijares, así como los propios trabajos forestales realizados, son labor de un equipo. El equipo que se ha visto arrastrado hacía la búsqueda de la Utopia por un soñador, este buen hombre.