
Esta ruta es un buen comienzo para identificar nuestro estado de forma antes de emprender una ruta más larga con nuestra bicicleta. Se inicia en la ciudad de Teruel tomando el camino de los Mansuetos, bordeando el Parque de las Arcillas, tras atravesar el collado del Cerro de Santa Bárbara se llega hasta la vía Verde de Ojos Negros a la altura del Puente Minero y desde allí emprendemos a través de ella un recorrido circular, que nos llevará a atravesar los feudos de la Baronía de Escriche.

Atravesaremos un paisaje en donde encontramos masadas deshabitadas, despoblados que en el siglo XX estuvieron ocupados por campesinos que trabajaban la tierra y cuidaban del ganado como forma de vida. Hoy muchas de ellas son ruinas y es un despropósito la pérdida de este patrimonio arquitectónico popular en nuestro territorio. Estas tierras altas, con escaso suelo donde las calizas absorben el agua, cobijaron a campesinos que apenas obtenían recursos para satisfacer sus necesidades, teniendo en cuenta que las masadas no eran de su propiedad, y sin embargo su trabajo los dignificaba. Eran medieros, que debían anualmente aportar la mitad de los producido al dueño. Cuando se marcharon a la ciudad, para vender su trabajo por dinero, no encontraron la felicidad que dejaron en las tierras que abandonaron y a las que siempre añoraron.
Un paisaje en continúo cambio. La capacidad de adaptación a este es fundamental para la continuidad de la biodiversidad. Los cambios son tan rápidos, que quedarse quieto implica perder la oportunidad de sobrevivir.

Desde la Ermita de la Gasconillas descenderemos de nuevo hasta enlazar otra vez con la Vía Verde de Ojos Negros y regresar a la ciudad atravesando el Parque de Fuentecerrada.
La ruta la iniciamos junto a la Plaza de Toros de Teruel. En la Avenida Segorbe se ubica el Albergue Backparkers, que puede ser un lugar para alojarse. Al regresar, antes de llegar a Teruel atravesamos el Parque de Fuentecerrada, donde podremos hidratarnos, si nos hemos quedado sin agua, y también acceder a los servicios del restaurante. A lo largo del recorrido apenas vamos a encontrar agua, a 10 km. de Teruel en el Barrio de Valdecebro deberemos aprovisionarnos porque no tendremos nuevas fuentes con agua potable de red hasta el regreso.
En total son 57,75 km, con un desnivel progresivo, no excesivo. Hay excepciones en el tramo alto desde la Baronía de Escriche hasta la Masada de la Hita, donde encontramos cuestas con un piso con muchos cantos rodados y regueros abiertos en el camino por la lluvia, que nos obligaran a empujar la bicicleta andando. No es una ruta fácil, aunque nos sirve de iniciación para aprender a resolver incidencias que vamos a encontrar en una larga ruta en bikepacking. Para ponernos en forma, Teruel ofrece muchas rutas circulares, en torno a entre diez y veinte kilómetros, para fortalecer piernas si no estamos acostumbrados a usar la bicicleta: Camino al Embalse del Arquillo, Ruta por la Muela bajando por la Rambla Barrachina, Teruel hasta la Laguna del Cañizar por la Vía Verde de Ojos Negros, ó aprovechando este camino pero en dirección contraria llegar hasta la Estación de Valdecebro.
Puedes acceder al track de la ruta en wikiloc .

¡Se puede hacer! Es un recorrido donde no se mide el tiempo, si no encontrar la satisfacción de pedalear mientras observamos unos paisajes excepcionales. Atravesamos un entorno asilvestrado, en el que el ocasiones y sin mucha dificultad llegaremos a cruzarnos con cabras monteses o escucharemos estremecidos el fuerte ladrido de la voz del corzo. Pero sobre todo el silencio, sólo roto por el susurro del viento azotando los árboles y el que se produce al chocar con nuestro cuerpo conforme avanzamos sobre las ruedas. En las partes altas, en ocasiones a escasa altura nos sobrevuelan buitres, que podemos observar con nitidez pues su altura de vuelo apenas nos separa unos metros, distancia en la que somos capaces de oir el sibilino roce del aire al rozar sus plumas. Estos últimos días de la ola de calor que ha traído el veranillo de San Miguel -curiosamente en esta fecha es cuando se renovaban los contratos de arrendamiento de las masadas-, nos ofrece los últimos vuelos antes del invierno de algunas mariposas como las Colias croceus, Lassiomata megera o Póntia daplidice, que se nos cruzan en el camino en sus transectos de flor en flor libando el último néctar antes del invierno.

Recorremos la historia geológica de este espacio en los últimos ciento de miles de millones de años. Atravesamos los estratos de la era Mesozoica: Triásico, Jurásico y Cretácico. En su mayoría de origen marino, elevados hasta más de 2000 de altura, cuando la capa de la corteza afectada por una pluma de calor interior del núcleo del Planeta comienza a expandirse y adelgazar hasta romperse, originando la fosa de Teruel. Los materiales erosionados se van depositando en el fondo de la fosa, constituyendo las capas de arcillas, conglomerados y yesos del periodo Terciario y Cuaternario, que observamos en el entorno de la ciudad de Teruel. La Vía Verde de Ojos Negros, cuyo trazado corta las rocas, nos permite mientras la atravesamos abrir las hojas del libro que nos explica la geología del lugar.

Si en la parte baja cruzamos pinares de repoblación de una edad de aproximadamente 60 años, conforme ganamos altitud nos encontramos con bosques naturales en los que el pino salgareños, autóctono del lugar, junto al pino silvestre, se mezcla con sabinares, en ocasiones ejemplares de un gran porte. Muy cerca a los pies del puerto de Escandon, encontraremos barrancos poblados de robles (Quercus faginea) y carrascas (Quercus ilex), que hasta hace unas décadas tenían un aprovechamiento de leña y carboneo. Todavía podemos apreciar en medio del bosque los círculos negros donde se localizaban las carboneras. Estos árboles ahora comienzan a tener fustes de varios metros de altura brotando de los tocones que quedan de las ´´ultimas cortas.
A unos cinco kilómetros de donde volvemos a enlazar con la Vía Verde, ascenderíamos hasta el collado del puerto de Escandón donde comienza un amplio valle cuyas aguas vierten al río Mijares. La vía verde lo atraviesa desde aquí, atravesando los términos de La Puebla de Valverde, Sarrión, Albentosa, para una vez adentrarse en la provincia de Castellón en Barracas emprender el fuerte descenso por el Ragudo hacia los pueblos en dirección hacía el mar Mediterráneo. El fondo del valle son amplias extensiones de cultivos de cereal, de almendros y sobre todo encinas truferas, jalonados por las laderas de la Sierra de Javalambre tapizadas por chaparrales y sabinares. Aunque esta parte del trayecto será ocasión para una vez superada esta primera prueba emprender un objetivo más ambicioso, como es completar el total del recorrido de la vía Verde de Ojos Negros desde Santa Eulalia del Campo hasta el Puerto de Sagunto.

Unas semanas después regreso al lugar con una bicicleta SOMBRA con cuadro Cervus. Uno de los modelos que monta Israel en su tienda SURYA, gestionada por él y Cristina. Un espacio de encuentro para cicloturistas, donde solucionar cualquier problema, encontrar un consejo o simplemente charrar con esta pareja conversadora, en el que además de bicicletas puedas experimentar con sesiones de Yoga. Es más que una tienda o un talles, se trata de un espacio donde prima atalantar al viajero.
En esta ocasión modifico el itinerario regresando por la masada de la Rinconada, y evitando un tramo complicado. Puedes acceder a la ruta pulsando en TRACK.
Creo que es momento de dejar descansar la vieja bicicleta Orbea de los años 80 del siglo pasado. He probado SOMBRA y el cambio es espectacular: equilibrada y estable, con unos desarrollos en los cambios de piñón en los que siempre encuentras el punto que necesitas para rodar. Sin duda es una opción que toma fuerzas después de esta experiencia.
Estamos casi a mitad de Noviembre y en el camino todavía se cruza algún ejemplar de mariposa de las especies Lassiomata megera y Póntia daplidice
