SIGUIENDO LA NACIONAL 420

Durante años mis excursiones en los alrededores de Teruel, en bicicleta o andando, se limitaban a lugares cercanos. Quizás por ello no valoré en su momento  las especiales singularidades que viven en estos sitios. Espacios de la Red Natura 2000 ubicados en terrenos áridos, nos aportan servicios ambientales y biodiversidad. No sólo encontramos naturaleza en los bosques, necesitamos también pastizales porque son el hábitat de especies, que en ocasiones nos pasan desapercibidas, como  plantas o quienes se alimentan de ellas, orugas que serán hermosas mariposas.  Los pastizales no siempre son praderas verdes, también en lugares secos son espliegos, tomillo, gramineas y otras plantas que sobreviven en unas duras condiciones donde el agua no abunda.

IMGP1993

N 420

Saliendo de la ciudad de Teruel, Patrimonio Mudejar. Atravesamos la Rambla del Río Seco, que recoge aguas desde la Sierra de Corbalan. Accediendo por ella llegaríamos a lugares históricos como la Baronia de Escriche, casa solariega de los Sánchez Muñoz, familia muy vinculada a los orígenes medievales de la Ciudad de Teruel y ultimo señorío feudal de estas tierras. También apenas 3 km hacia arriba desde el puente por el que la carretera cruza la rambla, se localiza la fuente de la Peña el Macho, desde donde se captó el agua, que a través de una conducción del siglo XVI, construida por el francés Pierres Vedel, llevó el  agua a las fuentes de la ciudad de Teruel, superando la rambla de las Ollerías por  los Arcos,  siguiendo una conducción que  por pequeños puentes  y túneles superaban los obstáculos de barrancos en las laderas de los Mansuetos.

Nos situamos en una tierra de yesos y arcillas. Es el Mioceno del periodo geológico terciario. A  escasos metros, siguiendo la carretera que conduje a Cantavieja,  aflora  en el Puente Minero, lugar de peregrinación de estudiantes durante décadas para recoger las tradicionales Teruelitas, cristales mineralizados,  aparece el periodo Triasico facies keuper, lo que ofrece un mosaico de colores, apreciable sobre todo en momentos en que la lluvia humedece la tierra. A través de este puente cruza el barranco  la línea férrea que se situara en nuestra derecha mientras sigamos por la carretera N 420 hasta el lugar donde la atraviesa a través de un paso elevado y se observa unos restos de estación, los Baños, en la orilla  del río Alfambra a la izquierda de nuestro recorrido. Por estas vías de hierros circuló el tren minero que transportó durante años el carbón desde las sierras de Ojos Negros hasta los Altos Hornos de Sagunto.

El paisaje que observamos es un autentico oasis. La huerta del Alfambra, entre los secarrales blancos de las tierras áridas  que la flanquean. En los últimos años los cultivos de huerta han sido sustituidos  por  chopos madereros. En los farallones de la frágil caliza, observaremos una variedad de aves, chovas piquirrojas, cuervos, cernícalos, también puede ser común que la carretera la atraviesa alguna perdiz u oigamos el canto de la condorniz en periodos primaverales, e incluso se cruce algún jabalí.

En el río Alfambra, muy mermado de caudal durante los meses de verano, al atravesarlo a través del puente del Cubo pudiéramos observar el canto y vuelo veloz de un pájaro que es la joya del río, el Martín Pescador. La huerta todavía conserva algún pedazo de cultivo tradicional y algunas nogueras. También junto a la carretera se ha conservado algún resto de las edificaciones que sirvieron para el tratamiento del cáñamo, cultivo muy común en años pasados.

La carretera ahora, desde este puente transcurre con el río a su derecha y la línea férrea Teruel-Alcañiz, a su izquierda. Un proyecto de ferrocarril  que quedó sin inaugurar, sin colocar las vías, a pesar de tener concluido el trayecto, durante la dictablanda de Primo de Rivera.  El término de Villalba Baja  en sus barrancos yesosos conserva un superviviente  botánico, el crujiente (la Vella Pseudocitisus). Este paisaje árido ha mantenido esta flora cuyo origen hemos de localizarlo en las estepas asiáticas y que se trasladaron probablemente durante el periodo en que el Mediterráneo  se seco al cerrarse el Estrecho de Gibraltar. Las condiciones extremas de frío extremo, lluvia escasa y enorme calor en verano, mantienen este  ecosistema. La enorme mole yesosa que localizamos a la derecha, con pequeñas pedazos de vegetación árida, aliagares  y espino negro, es el hábitat de aves como la Collalba, que en estos lugares podemos encontrar en sus tres especies (negra, gris y rubia). También las Currucas  se esconden entre esas matas duras que se defienden con púas de los herbívoros. El roquero rojo y el solitario en los farallones de caliza. En los paramos  más altos no nos será difícil oir el canto de la Alondra ricoti.

Toda esta fauna podremos localizarlo varios km más adelante  en el campo de Visiedo, en plena Area de Importancia para las Aves, área ZEPA, donde se localiza la entrada a la Reserva Ornitológica de Más de Cirugeda. (gestionada por la Sociedad Española de Ornitología a través de  un convenio con su propietario D. Faustino Cirugeda). Allí donde el río Alfambra gira en dirección a Gudar , donde nace, y desde donde se abrió camino horadando las calizas de Galve.

“El todo en su sentido identifican es lo general de aquello que los hombres, en el fondo, quieren. Esta identidad de todos los sueños soñados despierto, de todas las esperanzas, utopías, se encuentra ella misma en el fondo oscuro, pero es así mismo el fondo de oro sobre el que se han pintado las utopias concretas. Todo sueño diurno serio apunta a este doble fundamento como a su suelo patrio; es la experiencia todavia inencontrada, la experimentada todavía-no-experiencia en toda experiencia llegada a ser hasta ahora”
(El principio esperanza, tomo I, pág. 313 / ERNEST BLOCH)

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