GUDAR-JAVALAMBRE

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Es ya una realidad la Ley de Comarcas, con competencias en materias de medio ambiente y en Ordenación del Territorio. Un reto administrar el territorio por y desde sus ciudadanos más cercanos, que quizás nos descubra las verdaderas intenciones de tantos responsables políticos localizados en algunos pueblos, que con una actitud victimista quizás esconden debajo de la manga otras intenciones distintas a las de velar por el interés público constitucionalmente definido.

A principios de verano un Alcalde de la Comarca de Gudar, en un estilo populista en el que llegaba a calificarse de buen ecologista, se defendía sobre las criticas recibidas en relación a ciertas actuaciones de gran impacto ambiental desarrolladas en la Sierra de Gudar. Consideraba un ejemplo de desarrollo sostenible, aquel llevado a cabo en su pueblo. Pero no nos describía lo que entendía por tal, en un Municipio donde el urbanismo y la ordenación del territorio se ha desbocado cayendo en los límites de la especulación, sin que ese crecimiento en segunda residencia o desarrollo del sector servicios haya significado en la Comarca un reparto equitativo de la riqueza producida y sí, por el contrario, la perdida de paisajes inéditos e irreproducibles. Muchas actuaciones desarrolladas, como la tramitación de las Pistas de Esquí, se han localizado continuamente en los límites de la legalidad, otras como la urbanización del Solano de la Vega son bodrios urbanísticos, que nunca debieran repetirse, y futuros proyectos como Campos de Golf exigen la demanda de un recurso escaso como es el agua. La apuesta por modelos turísticos de masas, aún cuando los recursos de estas Sierras del Sur de Aragón no tengan reclamos suficientes para ello, puede traernos como consecuencia recoger tempestades.

Esta ruptura con un desarrollo equilibrado del territorio no ha cambiado la tendencia de perdida de población de la Comarca de Gudar-Javalambre, ni ha supuesto un reparto diversificado de la riqueza entre todos los municipios y, sobre todo, no ha significado un apoyo a actividades tradicionales de productos agropecuarios, que deben significar una alternativa viable al desarrollo comarcal. El mantenimiento de estas actividades como protagonistas de la conservación del medio natural y germen del paisaje, es importante teniendo en cuenta que el turismo rural no va a implantarse si no va arropado con un tejido socioeconómico donde la producción y elaboración de productos de calidad sea su principal anuncio publicitario.

La paralización del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales, previo a definir una figura legal de protección para los bosques de la Sierra de Gudar, es una muestra de la incapacidad de una Comarca para desarrollar una política ambiental, que el siglo XXI se le exige como miembro de pleno derecho de la Unión Europea.

publicado en Junio de 2002

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