Ya se oyen los cencerros. Han llegado las vacas serranas que pastan hasta el mes de octubre en Castelfrio. Este año año tienen hierba. El pasto con el calor de esta seman ha crecido hasta levantar medio metro de altura desde el suelo. Las hierbas espigadas de poa, bromus, phleum, carex, agrostis, festuca, koelerias, leguminosas y treboles son un excelente alimento para estos animales. Su aprovechamiento lo mejora y hace paisaje. Ese paisaje silvo pastoril que estudió y divulgó el Dr. Pedro Monsserrat. Durante los años sesenta del siglo pasado fue una de sus áreas de muestreo e investigación y junto al Ingeniero de Montes D. Emilio Pérez Bujarrabal iniciaron la ordenación de este monte con el objetivo de desarrollar un programa de cría selecta de ganado.
La vaca serrana ibérica turolense casi se extinguió conforme avanzaba el siglo XX, se aceleraba el éxodo rural y se incorporaban a las explotaciones ganaderas especies foraneas como mejora de su productividad. Con el siglo XXI, una asociación de ganaderos con el asesoramiento del veterinario D. Francisco Abril, recorrieron las sierras de Gudar y del Maestrazgo para recuperar una decena de viejas vacas que se conservaban en algunas masadas. Han trabajado para definir el fenotipo de esta raza autóctona (Serrana Ibérica turolense), y con el apoyo de machos de vaca de serrana negra traídos desde Soria han logrado consolidar esta cabaña ganadera.
Esta pendiente su comercialización. En algún momento se hicieron degustaciones gastronómicas, incluso con carne de buey. Desconozco los resultados. Pero lograr un mercado para esta carne es sin duda la garantía para conserva la raza.
Mis abuelos me hablaban de sus bueyes para labrar en la masada de la Hita en la Baronia de Escriche, se referian a este ganado. Son vacas que tradicionalmente han ofrecido gran polivalencia para dar recursos a la gente que ocupaba las masadas de la sierra turolense. De ellas obtenían alimento para consumir o vender, fuerza motriz para arrastrar carros o labrar, e incluso debieron ser utilizadas como festejo en las fiestas de los pueblos colocando bolas de fuego en sus cuernos para motivar su bravura.
La presencia de estas vacas en este monte propiedad del Gobierno de Aragón, debería también servir para iniciar la recuperación del patrimonio arquitectónico ganadero singular que el Patrimonio Forestal el Estado construyó en mil novecientos sesenta, dentro de su programa para desarrollar
una cría selecta de ganado. Hoy la mayoría de los apriscos están en ruinas, y su recuperación además podría servir para ofrecer un habitáculo al ganado en su estancia estival.
Han llegado una avanzadilla. Son vacas jovenes con terneros o a punto de parir. La mayoría son negras. Personalmente me gustan las de color atigrado y la constitución física que adquieren las vacas viejas. Supongo que el resto de la cabaña vendrá en los próximos días, y han dejado pastar primero a los animales que necesitaban un suplemento especial.
Con ellas ha llegado el verano. Temperaturas de veinticuatro grados centigrados, sin viento, sin nubes. Ya están volando los pollos de mirlos y zorzales.Por fin un día excelente para censar mariposas. Encontramos cantidad (75 ejemplares) y variedad (23 especies): Ipyhiclides podalirius, Papilio machaon, Colias crocea, Gonepteryx cleopatra, Pieris napi, Pieris rape, Pontia daplidice, Anthocharis euphenoides, Vanesa cardui, Melitaea cinxia, Melitaea phoebe, Erebia triaria, Maniola jurtina, Lasiommata megera, Cupido minimus, Cupido osiris, Plebejus argus, Aricia cramera, Polyommatus bellargus, Polyommatus amandus, Polyommatus dorylas, Polyommatus icarus, varios ejemplares del genero Pyrgus que no somos capaces de identifica como especie, y escondida en la frondosidad de las hojas de un fresno un ejemplar de Polygonia c-album.