30 de Junio del 2018 / Praderas y Mariposas

MAYO 2018

A lo largo de esta semana se ha celebrado en Teruel la 57° REUNIÓN CIENTÍFICA DE LA SOCIEDAD ESPAÑOLA DE PASTOS, junto al III CONGRESO NACIONAL DE VÍAS PECUARIAS Y TRASHUMANCIA.

Las ponencias y mesas redondas presentadas, han dejado constancia de la necesidad de trabajar por la ganadería extensiva como elemento para conservar prados y praderas. También el papel fundamental de estos ecosistemas en lo referente a favorecer la biodiversidad y garatizar servicios ecosistemicos, los múltiples beneficios que la naturaleza aporta a la sociedad.

La trashumancia esta viva. Recuerdo cuando comenzabamos a interesarnos  por el campo hace treinta años a través de la revista Quercus. Gracias a este medio de comunicación mensual  no sólo accediamos a artículos de divulgación, tambien nos mostraban y nos posibilitaban acceder a una extensa bibliografía, a través de la que muchos naturalistas de forma autodidacta nos formamos. En el tema que nos ocupa leímos libros clásicos  como: La Mesta: estudio de la historia económica española, 1273-1836 de Julios Kein, tambien diversos cuadernos, que desde el Ministerio de Agricultura y el ICONA en aquellos años se publicaron sobre los pastos y el pastoralismo; o los Cuadernos de la Trahumancia que editó el Organismo de Parques Nacionales en 1996. Mas reciente en los primeros años del siglo XXI, publicaciones como Ecologia de la Vegetación de Jaume Terradas o Pastos del Pirineo de Federico Fillat, Ricardo García-Gonzalez, Daniel Gómez y Ramón Reiné nos ayudaron a entender el funcionamiento de la vegetación y de los ecosistemas de pastos. En todos estos trabajos esta presente la referencia de la dedicación de toda una vida del  Dr. D. Pedro Monserrat, pionero en la investigación sobre la ecología de las montañas.  Conocimos la importante relación entre los usos tradicionales y la vida natural que se conservaba en la Península Ibérica: Naturaleza y Cultura. Y tuvimos la ocasión de contactar con personas como Lionell Martorell, que anualmente realiza el viaje de ida y vuelta con sus ovejas carteras entre Fortanete y Amposta en el Delta del Ebro. Lionnell recuperó el histórico Ligallo de Pastores Trashumantes,  convirtiéndose en un agitador cultural para rescatar la cultura de los pastores, para lo que recibió el apoyo del Museu Comarcal de Montsià en Amposta.

Hemos conocido estos días en Teruel, que aquella actividad que hace treinta años pensabamos que se extinguía y asistiamos a sus últimos protagonistas,  no sólo continúa, sino que ofrece un modelo sostenible y rentable para los ganaderos.  Son ejemplo de ello los hijos de Lionell continuando con  la empresa emprendida por sus padres, y como ellos otros en otros lugares del país. Esa explotación ganadera de Fortanete (Teruel), es la responsable de que el  valle  de Zoticos en el Maestrazgo, donde pasa el verano su ganado ovino de carteras y el bovino de avileñas, conserve su vocación ganadera y junto a ella la gran biodiversidad vinculada al territorio y a la cultura pastoril. Todavía realizan a pie  el traslado por la via pecuaria del Llosar, manteniendo abierta esta via pecuaria pese a mltiples intentos de ocuparla para otras actividades, en ocasiones no tan sostenbiles. Para la sociedad la pervivencia de la ganadería extensiva, la trashumancia y las vías pecuarias  supone conservar un paisaje, favorecer la dispersión de semillas, recuperar una cultura, garantizar la continuidad de una rica variedad de fauna y flora silvestre, sin olvidar las razas autóctonas de ganado forjadas por esta cultura milenaria. Cuando los rebaños suben a la montaña trasladan con ellos  la riqueza que la erosión por tendencia natural ha desplazado al fondo de los valles y al llano: con el ganado suben semillas, sube abono para fertilizar la tierra y también las gentes que bajaron desde la montaña a los valles.

Desde las ciudades tenemos la obligación de hacer un esfuerzo en comprender y conocer ese modelo cultural. Hemos de ser conscientes de los beneficios que nos aporta y como consumidores podemos influir en apoyarlo como garantía para conservarlo.

He podido saludar saludar a Jesús Garzón. Su trayectoria parte de su compromiso en la conservación de la naturaleza y del estudio de las especies ibéricas que desaparecían con la llegada del tecnodesarrollo en la década de los años sesenta y setenta. Un pionero del ecologismo en España, que fue capaz de impregnarse plenamente  en la vida rural. Su intuición ha marcado el ritmo en propuestas de política ambiental del país. Hoy dirige la Asociación Trashumancia y Naturaleza, y desde finales del pasado siglo apuesta con su trabajo como ganadero por no perder los derechos de la extensa red de vías pecuarias que comunican la Peninsula Ibérica y en ellas le diversidad de especies ganaderas. Conservar esta gestión pastoril repercute en salvaguardar ecosistemas singulares y en ellos la gran biodiversidad de flora y flora todavía hoy presente.

Las Mariposas necesitan las praderas. Las praderas para conservarse precisan del ganado que las paste. Una pradera bien gestionada aporta la conservación de suelos y la lucha contra la erosión, mantener espacios abiertos contribuye a la prevención de incendios forestales como cortafuegos naturales de los bosques.

La sociedad tiene la obligación de esforzarse en conocer estos aspectos. Cuando se habla de despoblación, deberemos referirnos no sólo a la demografía, también al impacto que supone en la transformación del paisaje la desaparición de las gentes y los usos tradicionales. Recuperar la población del medio rural debe contemplar implicarla en la gestión territorial, en hacer paisaje. Los servicios ecosistemicos que nos proporcionan estos territorios nos obliga a compensar desde el medio urbano, benefactor de ellos, a quienes lo ejecutan, para garantizar su continuidad. No siempre lo entendemos así. Por ello no deberiamos perder la oportunidad de las posibilidades de aprender que nos ofrecen estos encuentros cientificos, que no olvidan la necesidad  de estrechar lazos cona realidad y con quienes trabajan en el medio rural.

Tras una semana de calor, pero también de tormentas, con precipitaciones de hasta 50 litros en una hora, en el transecto de seguimiento de mariposas de hoy hemos contabilizado 81 ejemplares de 18 especies: Colias crocea, Aporia crataegi, Pieris napi, Pieris rapae, Argynnis pandora, Melitaea cinxia, Melitaea phoebe,  Hipparchia semele, Maniola jurtina, Satyrium spini, Cupido minimus, Plebejus argus, Aricia cramera, Polyommatus amanda, Polyommatus dorylas, Polyommatus escheri, Polyommatus icarus, Pyrgus alveus.

La variedad de mariposas que podemos observar en Castelfrio, sin duda es debido a la vocación ganadera de este monte y a la gestión ganadera, todavia viva, que mantiene un paisaje silvo-pastoril. Esta actividad ha sido protagonista en este lugar, salvo los periodos de finales del siglo XX en que se apostó por repoblaciones forestales. Sin duda hemos de remontarnos muchos siglos atras para comprender la transformación de este lugar en el paisaje que hoy podemos contemplar y disfrutar.

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