
Largo viaje en autobús. Atravesamos la autopista panamericana en dirección sur, después por carretera nos adentramos rumbo al oeste. A lo largo del camino siempre queda a nuestra izquierda, sobresaliendo sobre La Cordillera, los conos de volcanes nevados. Las paradas en pueblos, para recoger o dejar viajeros, nos ofrece esa visión urbana característica de este país: construcciones de baja altura, en su mayoría de planta baja, hechas con madera y organizadas en en calles rectilineas. Son ciudades jóvenes de apenas poco más de 100 años.

Valdivia, es la capital de la regíon de Los Ríos. Los ríos Cau-Cau, Calle-Calle, Valdivia y Cruces, van uniendose a un cauce, que desemboca en el Oceano Pacífico formando un gran estuario franqueado por las ciudades de Corral y Niebla. En este laberinto de aguas surgen islas y humedales, estos con gran abundancia de aves acuáticas, de entre las que nos sigue llamando la atención el Cisne de cabeza negra. Algunas islas como la de la Teja están urbanizadas; en este caso es una zona residencial de gran calidad de vida, donde se ubica la Universidad Austral de Chile, también el Jardín Botánico done conocer los ambientes australes representados por los árboles característicos de cada uno de ellos.

Fundada en 1552 por Pedro Valdivia. La batalla de Curalaba de 1598, entre los conquistadores españoles y los pueblos indígenas, fue victoriosa para la alianza Mapuche que destruyó la ciudad en 1599.

Con el fin de proteger el comercio del Virreinato del Peru, el estuario se fortificó para evitar su ocupación por los corsarios que amenazaban los barcos. En aquel momento era el lugar más fortificado del mundo. Hoy se conservan los fuertes de Niebla, Isla Mancera y Corral; a tiro de cañón uno de otro controlaban cualquier intenso de invasión. El comercio de madera de alercesy otras materias primas dinamizó la economía. Holándeses y alemanes acudieron en busca de mercancias.
El país, ya independiente favoreció la colonización por alemanes del territorio. Estos no sólo trajeron su cultura. La carencia de tecnología les animó a ser ellos, con los conocimientos traidos de su país, lo que asumieran su producción; fue la causa de que se desarrollará una industria muy competitiva. Las guerras mundiales ocasionaron una grave crisis en la exportación de estos productos con sello alemán.
La ciudad sufrió un fuerte terremoto en 1960, acompañado de un gran tsunami. Esta catástrofe fue causa de la destrucción de gran parte de la ciudad, sobre todo de la arquitectura colonial. Inició su reconstrucción y hoy puede considerarse la segunda ciudad más moderna de Chile, después de Santiago, con su correspondiente alta calidad de vida.

En el Paseo Costanera nos encontramos la Feria Fluvial de Valdivia. Convive con los barcos turísticos que ofrecen rutas diversas. Pero el mercado es el atractivo principal. Un espacio donde encontrar diversos productos del mar, de la tierra. Un bullicio de gente, junto a la fauna de pelicanos, alcatraces y lobos marinos, que esperan en la barandilla, junto al rio, los restos que les echan los pescadores al limpiar el pescado que se expone para su venta en los puestos.
Nos hemos alojado en el Apartahotel Casablanca. Es un espacio muy agradable, muy centrico. Apartamentos muy hogareños donde nos encontramos como en casa; anhelamos un hogar en esta travesía nómada. Aquí nos colman de atenciones.

La oficina de turismo, junto al puerto, nos indica diversas alternativas para poder aprovechar nuestra estancia y conocer este rincón del sur de Chile.

Por la tarde optamos por el traslado en el bus para llegar a Niebla. Viajamos junto a los habitantes diseminados a lo largo las orillas de los ríos y humedales, que precisan y utilizan este medio para desplazarse. La lluvia que nos ha acompañado durante todo el día cesa y el cielo se despeja, un fuerte viento frío también nos acompaña. Visitamos el Fuerte y nos asomamos desde sus murallas hacía el gran océano Pacífico. En su pequeño centro de interpretación nos adentramos en la historía de este lugar.