
Mi primera lectura de literatura de naturaleza fue un pequeño relato de una familia de nutrias en un molino abandonado junto al río. Lo saque de la biblioteca del entonces Instituto Ibáñez Martín, hoy, con un nombre más coherente con su vocación de educar, llamado «Vega del Turia».
Con apenas diez años, comencé el bachillerato. Supuso mi primera ventana abierta para conocer el mundo fuera de mi familia. Su biblioteca supuso descubrir un tesoro desconocido para aquel muchacho, como tantos otros que a lo largo de los años iría encontrando: su museo de ciencias naturales, sus herbarios de ilustres botánicos…… pero sobre todo su profesorado.
No tengo un expediente académico para ser enmarcado. Pero la educación que recibí en ese Centro ha sido fundamental para vivir. Pues no sólo supuso programas educativos, que no siempre superé, de lo que sólo yo soy responsable. También recibí valores y autoestima para iniciar mi camino.
Años después, José Manuel González Cano, maestro de naturalistas turolenses y amigo, me enseño no sólo a reconocer e interpretar los rastros para descubrir la naturaleza que nos rodea, también a comprometerme en su conservación.
Gracias a todo ello mis paseos en el campo lo son no sólo para respirar. Se enriquecen contemplando la vida que los rodea.
Excrementos viscosos con olor a pescado, con cierto parecido a la ceniza con espinas de peces cuando se secan, en piedras señaladas junto a pozos del río Guadalaviar, muestran la presencia de la nutria, aún cuando todavía no he podido observarla más que en documentales.
Miguel Delibes, hijo, y Doctor en Biología especialista en carnívoros terrestres como el lince, hace unas semanas, en una entrevista en el periódico El Pais, nos transmitía cierto optimismo en la recuperación en los últimos años de especies como la nutria gracias a la mejora de la calidad de las aguas de nuestros ríos por las inversiones en depuradoras. Sin duda un logro de nuestro Estado de Bienestar, que tantos quebraderos de cabeza nos trae con el desarrollismo, pero que, entre las diferentes alternativas sociopolíticas, sigue siendo digno de exportar. Ha supuesto importantes avances en mejora de vida, aun cuando en los últimos tiempos aparecen populismos que intentan hacernos borrar los avances conseguidos por una sociedad europea comprometida con la paz, los derechos humanos y la igualdad.
El blog del «Parque Cultural del Chopo Cabecero» la semana pasada publicaba una entrada con relación a la presencia de la nutria en el alto Alfambra. Las peculiaridades ecológicas de estos ríos hacen que los territorios de nuestra amiga sean muy extensos. Quizás esa imagen captada con foto-trampeo nocturno lo sea de la protagonista de esta entrada.