No creo que mi genética tenga línea directa con los hombres que dejaron impresa su cultura pintando las paredes de estos abrigos de piedra arenisca. No pongo la mano en el fuego de que algún trozo de mi ADN no lo conserve, pero probablemente la posibilidad de que se así, es la misma que la de que hace 4000 años esos hombres pudieran tener respecto a los que les precedieron. Aquella gente encontró este lugar para establecerse y vivir. Al igual que en el mundo de hoy las migraciones en la humanidad existían, motivadas por las inquietudes exploradoras de ciertos individuos, pero sobre todo por la huida de hambrunas y guerras, por la búsqueda de la posibilidad de subsistir ante los cambios que el propio medioambiente generaba en las comunidades. Aquellos capaces de cambiar y de innovar no sucumbieron. También les ayudó encontrar en su camino gentes con capacidad de acoger, de ver en los que llegaban la oportunidad de aprender
Como en las comunidades de plantas y animales, hoy parecen tomar fuerza conceptos de que aquellas con un espíritu de cooperación tienen más posibilidades de sustentarse en el tiempo las que buscan medrar compitiendo. No deberiamos olvidar que la evolución es una cuestión de suerte: cambiar es una constante en el medio y en los organismos.
Volvemos a creer en las fronteras y justificamos sus límites con razones históricas. Somos muy osados al prenteder defender la legitimidad para vivir dentro de ellas, amparándonos en la pureza genética y en la cultural, cuando están son efímeras.
Tenemos miedo al cambio. El temor nos paraliza. Levantamos castillos para poner a salvo nuestro tesoro, y olvidamos nuestra vulnerabilidad individual.
Me siento culpable de no acoger y ayudar a los millones de refugiados del Planeta y en particular a aquellos que pretender llegar a Europa, que al cerrarles las puertas mueren en el intento. Las fronteras les impide tener la oportunidad de un futuro. El mismo del que nos alejamos nosotros al no aprovechar la ocasión de construirlo junto a ellos.
La historía nos juzgará, como hoy juzga el pasado de aquellos que justificaron su defensa presentándose como: no lo veiamos, ¿qué podíamos hacer? Al igual que ayer, en la toma del poder avanzan ideológias y lideres de los que nos arrepentiremos a no muy tardar.