No se equivocaron los pronósticos. Ha sido una semana de fuertes tormentas, hoy ha dado un respiro, pero mañana continúan los avisos de la AEMET.
Las fuertes precipitaciones han desbordado el río Alfambra. Ha anegado alguna huerta, roto algún muro de contención, que se construyó para ganar espacio al río, y ha afectado algunas viviendas construidas en zona de inundación. Quienes han sufrido estos daños se quejan de que el río no estaba bien dragado, pero no es culpa de la gestión de limpieza del río cuando se construye en áreas de avenidas, quizás si exista responsabilidad administrativa por no haber inspeccionado haciendo cumplir la legislación, como medida de prevención para que los ciudadanos no asuman estos riesgos.
En Villalba Baja los depósitos arrastrados por una rambla, ha provocado, al desembocar en el río, el desvio del cauce. Los riós estan vivos, no deberiamos olvidarlo. Deberiamos pensar que el espacio que les robamos para cultivar, para instalar infraestructuras, es un prestamo, que más tarde o más templano su dinámica natural recuperará.
Las fuerte ola de calor desencadenó a consecuencia de tormentas secas el gran incendio de este verano en la zona de Gandía, al sur de la Comunidad Valenciana. Más de tres mil hectáreas afectadas e importantes daños materiales en urbanizaciones que se habían instalado dentro del pinar. Nos congratula poder construirnos una casa en medio del bosque, pero deberiamos ser conscientes del riesgo que asumimos al ubicar nuestra vivienda dentro de un polvorin, que cuando explota como es este caso, no siempre los medios antiincendios pueden poner freno a su avance en la línea que desearíamos.
En la provincia de Teruel los medios de comunicación abren la puerta a la voz de los ganaderos. Se quejan de que la administración les impide utilizar el fuego para recuperar áreas arbustivas para pastos. Es verdad que el monte se esta asilvestrando, principalmente porque se ha reducido dráticamente la ganaderia extensiva de ganado ovino. Los riesgos de utilizar el fuego para recuperar áreas de pastos son demasiados altos para los beneficios que pudieran obtenerse. La falta de ganado será la causa de que los espacios vuelvan en poco tiempo a llenarse de nuevo de matorral en el proceso de resiliencia de los ecosistemas naturales despues de las perturbaciones que los degradaron. Las ovejas desaparecen de los montes porque cada vez existen menos personas con intención de ocupar las labores de pastores, también porque los habitos de consumo de nuestra sociedad han cambiado y demandamos menos carne de cordero. Se impone el ganado vacuno, que ocupa espacios diferentes y deja amplios predios sin pastar. Y desaparecen las cabras, que quizás serian los animales capaces de volver a controlar el avance del matorral, y que además nos ofrecen unos quesos exquisitos.
Durante la realización del transecto de hoy, han sido 212 ejemplares de 29 especies de mariposas las observadas en vuelo: Colias croceus, Gonepteryx cleopatra, Gonepteryx rhamni, Pieris napi, Pieris rapae, Vanessa atalanta, Argynnis adippe, Argynnis pandora, Issoria lathonia, Melanargia lachesis, Hipparchia Hermione, Hipparchia semele, Hipparchia statilinus, Satyrus actaea, Arethusana arethusa, Brintesia circe, Maniola jurtina, Hyponephele lupinus, Hyponephele lycaon, Pyronia cecilia, Pyronia, Pyronia tithonus, Lasiommata megera, Lysandra albicans, Lysandra caelestissima, Polyommatus dorylas, Polyommantus icarus, Polyommatus fabressei, Polyommatus ripartii, Polyommatus thersites, Hesperia comma, Pyrgus cirsii.
Las especies del genero Hipparchia son las más frecuentes. La floración del espliego concentra en torno a ella Lycenidos como la Lysandra albicans y L. caelestissima, también a individuos de la familia Hesperidae como Pyrgus cirsii y Hesperia comma. Han comenzado a volar las pequeñas lycenidas azules, ejemplares del genero Polyommatus que en días pasados no hemos visto. En el lado contrario, las Argynnis van desapareeciendo, las que todavía vuelan están muy envejecidas y con las las alas desgastadas y los colores pálidos.