
No en todas las ciudades el urbanismo avanza en la dirección de recuperar espacios comunes que incentiven a los habitantes hacía la convivencia.
En la ciudad de Teruel, el proceso de peatonalización se desarrolla con cuentagotas. Algunas obras como el Ovalo, en pleno centro histórico, se modificó, tras su renovación con el proyecto del arquitecto David Chipperfield, con el objetivo de volver a dar mayor cabida a la circulación de los coches, claramente en contradicción a la orientación que había plasmado el autor del proyecto. La construcción de rondas de circunvalación para agilizar el transporte entre lugares lejanos de la ciudad, no logra desplazar los coches hacia ellas, por cuanto se sigue potenciando el acceso de estos al centro de la ciudad -ejemplo de ello son la Ronda de Ambeles, Avda. Sagunto y carretera del Alcañiz en el barrio de San Leon, con hasta tres carriles para los coches, con aceras reducidas y sin carril bici-.
Desconozco el nuevo proyecto de remodelación de la Ronda de Ambeles y Damaso Torán, pero no parece que se oriente en la dirección de dar prioridad al peatón.

La remodelación de las calles en el primer Ensanche, esta suponiendo la tala de árboles de al menos treinta años, que aportaban un ambiente de sombra y dotaban de un paseo agradable entre sus peculiares casas de principios del siglo XX con espíritu modernista y emulando la idea de ciudad jardín de Ebenezer Howard. Las protestas de los vecinos, concienciados de la necesidad de conservar los viejos árboles, no han servido para parar y modificar el proyecto.

El urbanismo moderno tiende a desplazar los coches y crear grandes manzanas donde el peatón sea el protagonista. Este rincón de la ciudad, por su carácter histórico y su urbanismo debería tener vocación para experimentar en Teruel estas ideas innovadoras. También hacía un nuevo modelo de jardines y zonas verdes que incremente la biodiversidad y apueste por la eficiencia en el uso de los recursos como el agua.
Me atrevo a afirmar que parte de la responsabilidad la tenemos los ciudadanos por no exigir un mayor grado de implicación y participación en el desarrollo de los proyectos de la ciudad. Una actitud que, sin duda, resulta cómoda para quienes solamente se dirige a los habitantes cuatrienalmente para pedir su voto.
Aporto varios enlaces en los que ampliar información sobre las grandes manzanas en el nuevo urbanismo que se experimenta y desarrolla en las ciudades del siglo XXI:
Supermanzanas: una apuesta por más espacios para las personas – Transecto
¿Qué es una ‘supermanzana’? | Noticias de Zaragoza en Heraldo.es
¿Qué son las supermanzanas y cómo benefician a las ciudades? (iadb.org)
Un comentario sobre “TERUEL: SUSPENSO EN URBANISMO”